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Licorice pizza o la edad de la inocencia.

Puntuación 9/10  Vengo de ver Licorice Pizza de Paul Thomas Anderson. Pizza de regaliz por lo visto es una manera de llamar a los discos de vinilo, algo que yo no sabía. Me ha gustado mucho, me parece que a pesar de  lo mucho que se habla de amor en el cine pocas veces se habla bien de lo que es el amor, a menudo un desatino de impulsos y falta de reciprocidades, una especie de orquesta asinfónica. Pero  tampoco solemos ver personajes con granos e imperfecciones. Y los protagonistas de Liquorice Pizza no cumplen con los estrictos cánones a los que tenemos la mirada acostumbrada. La película me conquistó de inmediato,  en parte por la banda sonora, abre con una canción de Nina Simone que no conocía (July Tree) , y eso ya es conseguir sorprenderme. Además, pese a que torcí el morro cuando vi que usaban Life on Mars en el anuncio de la peli, creo que es una de las pocas veces que se usa Life on Mars con mucho más sentido en su contexto social histórico que no colgándola cada vez que hay u

Última noche en Soho o nada más terrorífico que la misoginia


Como soy una miedica, le pedí a mi marido que viniese a ver esta película conmigo, creo que la vi por pura nostalgia de Londres más que por un interés específico, y sí pase miedo (pero ya aviso, soy una verdadera miedica) y a mi marido le pareció una bazofia.


A mi también aunque quizá mejor diría que me pareció una peli tirando a mala. Si vas a verla con expectativas bajas y por puro entretenimiento, quizá hasta te guste. 

Así que la cuestión es: ¿hay algo salvable?




Bueno, se trata de un thriller ambientado entre en Londres contemporáneo y el de los 60, en los dos la sempiterna historia de la chica que sueña con ser alguien en el mundo. La antigua con ser la próxima Sandy Shaw y la moderna una futura diseñadora de ropa. Para mi gusto se queda en lo manido y superficial de ambas épocas. Musicalmente también podría haber sido más interesante sin recurrir a utilizar canciones como parte de la narración de manera insultantemente obvia.


Los actores, flojos, (Lo siento no soy fan de Anya Taylor-Joy) exceptuando quizá al que fuera un Dr. Who, Matt Smith.


Lo interesante es que el terror es la misoginia a la que estamos expuestas como adolescentes ambiciosas e ingenuas algo que por desgracia algunas hemos escapado por los pelos y para otras ha significado un infierno de por vida. Los puteros, los clientes de la trata y la explotación, pocas cosas más terroríficas para una mujer que violadores que dejan de tener cara o identidad al cosificarte a ti. Por mi stress post traumático se me hizo difícil ver alguna que otra escena pero me gustó que eso fuera el terror, porque lo es.


Flaquea en que la víctima buscando venganza queda de loca, el amigo hombre moderno bueno y salvador no tiene ni el carácter ni la profundidad para redimir (si era eso lo que pretendían) a todos los personajes masculinos, aunque eso también ocurre proporcionalmente así en la vida.


Podríamos pensar que la película buscaba ser feminista hasta que se ve obligada por tendencia a concluir con un desfile de chicos jóvenes vestidos como la mujer principal en la historia (insertar bostezo) 



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