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Licorice pizza o la edad de la inocencia.

Puntuación 9/10  Vengo de ver Licorice Pizza de Paul Thomas Anderson. Pizza de regaliz por lo visto es una manera de llamar a los discos de vinilo, algo que yo no sabía. Me ha gustado mucho, me parece que a pesar de  lo mucho que se habla de amor en el cine pocas veces se habla bien de lo que es el amor, a menudo un desatino de impulsos y falta de reciprocidades, una especie de orquesta asinfónica. Pero  tampoco solemos ver personajes con granos e imperfecciones. Y los protagonistas de Liquorice Pizza no cumplen con los estrictos cánones a los que tenemos la mirada acostumbrada. La película me conquistó de inmediato,  en parte por la banda sonora, abre con una canción de Nina Simone que no conocía (July Tree) , y eso ya es conseguir sorprenderme. Además, pese a que torcí el morro cuando vi que usaban Life on Mars en el anuncio de la peli, creo que es una de las pocas veces que se usa Life on Mars con mucho más sentido en su contexto social histórico que no colgándola...

Al borde o necesito un espejo

 En estos días de escapismo, en los que consumir series televisivas en plataformas digitales se ha convertido en el nuevo tabaco, me atrevería a decir, la alternativa al sexo en un mundo desgastado por la fatiga pandémica, he empezado a ver la serie "On the verge"(2021), que por lo que leo en España se ha titulado, por una vez fielmente, como "Al borde". La encontré en medio de una desesperación yonqui agravada por la nueva etapa insomne que una mujer de mi edad también al borde, experimenta, convertida en la caricatura de alguien que conozco y que no debería ser yo, y que acaba sus noches dandole ordenes a Alexa mientras el proyector rumia iluminando el polvo. Alexa que como viene siendo tradición nocturna y cotidiana, no me entiende por mi acento español, y es entonces cuando estoy a punto de someterme a la vida, la propia, la que espera ser visitada en la almohada, que se me aparece la cara de Julie Delpy,  como estampita moderna para mis plegarias. Y que parece tan real como la de las señoras que conozco y admiro algo que paradójicamente me sorprende tras varios episodios con la inexpresiva y despersonalizada cara de Nicole Kidman en Nine Perfect Strangers. (*Con esto crítico las demandas de una industria que retroalimenta a una sociedad machista que las prefiere jóvenes y no de las decisiones sobre su cuerpo de Kidman o Delpy)

Julie Delpy a quien más de una recordará por protagonizar a Celine en la trilogía indi mitológica de los años 90,  iniciada con"Antes del amanecer"(1995) dirige esta serie, y me doy cuenta de que sé poco de Julie Delpy y lo que se me olvida, se me olvida que además de escribir y cantar en las pelis de "Antes de..." también co-escribió alguno de los guiones junto a Ethan Hawke y el director Richard Linklater, por lo que estuvieron nominados al Oscar en el 2004. Pero lo que no sé es que lo de dirigir lo lleva haciendo desde el 95, ni que debutó como actriz con Godard, ni que es hija de actores, tampoco sabía que lleva en Estados Unidos desde los 90. 

Todo esto me parece relevante, porque en On the verge, y aunque tan sólo llevo dos episodios, creo que se reflejan inevitablemente, muchos de estos aspectos de Delpy. Y si ayer en mi critica a Annette me quejaba de cierto elitismo con el que es imposible identificarse, en On the verge yo he sentido precisamente lo contrario, pese a estar en California, pese a pertenecer a profesiones que nada tienen que ver con la mía, círculos sociales americanos que desconozco, etc...De lo que habla Delpy es algo que apenas encuentro en estado puro. Habla de eso que siento que hará que cualquier cinefilO que pase por aquí bostece, piense en la palabra "pestiño" y cierre la página. Yo misma escucho un "boo" de fondo cuando empiezo a escribirlo: Mujeres cerca de cumplir cincuenta años lidiando con sus relaciones y sus vidas. Pero es que es precisamente eso, lo que me interesa y no encuentro, al menos no con la honestidad necesaria que observo en la serie de Delpy y al tiempo con la ligereza y el humor imprescindibles para no perder precisamente esa honestidad. 


Pese a que me pregunto si el titulo pudiera ser un homenaje o guiño a Mujeres al borde de un ataque de nervios, nada tiene que ver con el estereotipo del male gaze de Almodovar que pese a parecer empático no deja de ser "male gaze" y estereotipo de lo que se supone que es estar "al borde" para las mujeres. Delpy tampoco cae, por lo que he visto hasta ahora, en idealizaciones feministas que no harían más que crear nuevos ideales a menudo difícilmente alcanzables para la mayoría aun tan impregnadas de este mundo patriarcal. Al contrario, nos muestra precisamente las dicotomías de mujeres conscientes e incluso feministas que a la vez están presas o al menos atrapadas en un sistema y unas relaciones en las que el sabernos feministas o simplemente conscientes de nuestras capacidades y triunfos no hace más que complicar esa interacción con el mundo y esos machismos aprendidos y ya casi implícitos. Mujeres que llegamos a nuestra madurez sabiendo que la experiencia en nuestro caso no hace más que acrecentar la desesperación por no alcanzar lo que pretendíamos, merecíamos o queríamos simplemente como personas, por no hablar de aspiraciones. Y eso no es sólo algo que agradezco ver, sino algo que necesito ver.

Creo que esta serie es además, el fruto de una mirada bilingüe, y quizá por ello no es un producto más de tantos en Netflix o Amazon, tiene mucho de Europeo quizá lo imperfecto y el saber reírse de una misma, pero además observa lo americano con la capacidad que tenemos quienes llevamos varias décadas fuera de nuestros países, con la distancia y el afecto necesarios de quien analiza una cultura como a la propia familia. 

De las cuatro actrices que protagonizan la serie, quizá la más reconocible, al menos para mi, es Elizabeth Shue, novia de Ralph Macchio en Karate Kid, yo creo que novia general en el cine de los 80 o al menos ese es el vago recuerdo que tengo de ella, por ahora su personaje en On the verge es por supuesto más interesante y comparten el elenco principal Alexia Landeau y la talentosa Sarah Jones quien aparecía en"Historia de un matrimonio" es además de ganadora de un Tony, escritora, productora y directora. 


Como digo, escucho inevitablemente (quizá injustamente) en mi cabeza los bostezos del mundo cinéfilO esos que se dan a menudo simplemente por un reparto que cumpla el test de Bechdel, esos bostezos que yo aprendí a no emitir en las miles de series y películas en las que jamás me pude ver, esas en las que aprendí a ser quien no era y que ahora al convertirme en la mujer de 46 años que por fin soy, celebro con un marido dormido a mi lado, y gritando a Alexa en inglés con acento español, que otra mujer me hable de nosotras, de nuestras risas y nuestras miserias, en privado y lejos de la sempiterna mirada.






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